Los sesgos cognitivos son atajos mentales que evolutivamente han sido útiles porque nos han permitido tomar decisiones de forma más rápida.
Precisamente, la psicología cognitiva estudia estos atajos, así como otras estrategias y estructuras que utilizamos para procesar la información, habiendo identificado una gran cantidad de ellos, que con frecuencia están relacionados entre sí.
Si bien pueden ser útiles, en ocasiones la falta de racionalidad, de información u objetividad nos pueden llevar equivocación. Estos errores sistemáticos en los procesos cognitivos (pensamiento, percepción, memoria, entre otros) nos producen una desviación en el procesamiento analítico, y por ende nos pueden alejar de la racionalidad o nublar nuestro juicio.
Demás está decir que en el mundo de la publicidad se saca enorme partido a nuestros sesgos cognitivos para lograr sus objetivos.
Como lo prometido es deuda, en Blue Raptor te invitamos a revisar 8 tipos de sesgos cognitivos, los cuales se encuentran entre los que más habitualmente experimentamos en el día a día.
1. Sesgo de confirmación
Es la tendencia a buscar, propiciar, interpretar o recordar información de manera que confirma algo que ya has decidido previamente, o que favorece creencias y suposiciones muy arraigadas.
Es el caso, por ejemplo, de personas que apoyan o se oponen a un tema determinado, y no solo buscan información para reforzar sus tesis sino que además, las interpretan de forma que defienda sus ideas preconcebidas.
Ejemplo 2: quienes «confirman» una teoría de conspiración basada en escasas pruebas mientras ignoran la montaña de pruebas en contra.
2. Sesgo de anclaje
En este caso, te centras casi exclusivamente en la primera información que recibes para tomar una decisión.
Ejemplo 1: En el transcurso de una negociación salarial el aspirante a un puesto de empleo se ve influenciado por la primera cifra mencionada en las negociaciones, en vez de examinar de manera racional otras posibles opciones.
Ejemplo 2: «¿Tiene 50% de descuento? Debe ser una excelente oferta».
3. Sesgo de observación selectiva
Este tipo de sesgo cognitivo se da cuando diriges tu atención a algo en función de tus expectativas, y desatiendes el resto de la información.
Ejemplo 1: Te compras un coche y a partir de ese momento empiezas a ver coches de esa marca y ese color por todas partes.
Ejemplo 2: Cuando una mujer está embarazada, es común que solamente se fije en otras mujeres embarazadas en la calle, ignorando por completo a las demás personas a su alrededor.
4. Resistencia reactiva o Reactancia
Consiste en el deseo de hacer lo contrario de lo que alguien te solicita o aconseja, debido a una amenaza percibida o a la propia libertad de elección.
Ejemplo 1: La gente que no quiere usar cubrebocas, pese a que se ha confirmado su eficacia para evitar los contagios de coronavirus, porque sienten que limitan su libertad si lo hacen.
Ejemplo 2: Los estudiantes que se niegan a hacer sus deberes, a pesar que tanto sus profesores como sus padres se lo piden.
5. Efecto de primera impresión
Llamado también efecto halo, explica el motivo por el que las primeras impresiones tienen tanto peso, y describe cómo la impresión positiva acerca de alguien, conduce a impresiones también positivas sobre otros aspectos de esa misma persona.
Ejemplo 1: En el momento de evaluar a un candidato en una entrevista de selección de personal, se corre el riesgo de no ser objetivo porque los primeros rasgos tienen una enorme influencia en percepciones posteriores.
Ejemplo 2: «¡Rafael se ve tan confiable hablando de Economía! Definitivamente le entregaré mi dinero para que lo invierta. Sí, eso haré»
6. Disponibilidad heurística
Es un atajo mental que otorga más valor y credibilidad a la primera información que llega a tu mente y que es más fácil de recordar.
Ejemplo 1: No importa la opinión que tengas con respecto al cambio climático o a las circunstancias ambientales; cuando hace calor, el responsable es el calentamiento global.
Ejemplo 2: Cuando vas a comprar bebidas y sí o sí, digámoslo, incluyes al menos 1 Coca-Cola (no importa que estés recién saliendo de prisión y le llames «negra», igual piensas en esa bebida como primera opción).
7. Sesgo de impacto
Es la tendencia a sobreestimar la intensidad y duración de una reacción ante acontecimientos o eventos futuros de carácter bueno o malo.
Ejemplo 1: El hecho de que te toque la lotería, por ejemplo, no va a variar tu nivel de felicidad ni tu estado emocional promedio y poco después, dejas de verlo como algo excepcional.
Ejemplo 2: Cuando piensas que terminar una relación larga con una persona tóxica, te dejará en tal estado de devastación que jamás podrás volver a levantarte emocionalmente.
8. Sesgo de status quo
A causa de este sesgo cognitivo se tiende a favorecer las decisiones que mantienen el status quo, es decir, el estado de cosas actual. Las personas afectadas por este sesgo eligen no desviarse de los comportamientos establecidos a menos que haya un incentivo convincente para cambiar.
Ejemplo 1: Seguir usando la misma app aunque sus nuevos términos y condiciones vulneren tu privacidad.
Ejemplo 2: Cuando tu compañía de seguros te ofrece una nueva alternativa, y simplemente dejas de prestar atención y rechazas.
Esperamos te haya servido esta información. Si te gustó, en un próximo artículo abordaremos otros interesantes conceptos como el sesgo de negatividad, sesgo de correspondencia, sesgo por interés personal, favoritismo del endogrupo, efecto arrastre, pensamiento de grupo, suerte moral, falso consenso, y maldición del conocimiento.